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Revista de Acción Educativa, Nº 89

Los Movimientos de Renovación Pedagógica, renovamos nuestra presencia en la vida educativa española, cuando se vislumbraba el fin de aquella noche oscura, y florelas organizaciones que luchaban por la democracia en nuestro país. Naturalmente, en la clandestinidad. De este modo, retomamos una hermosa tradición que comenzó con los movimientos revolucionarios y renovadores de principio de siglo y que tuvo una época especialmente brillante durante la corta vida de nuestra Segunda República. Desde Acción Educativa, siempre nos hemos sentido orgullosos de haber mirado en el buen saber y hacer de aquellos pedagogos y filósofos, principalmente en los vinculados a la Institución Libre de Enseñanza, a la que este año homenajeamos, en el momento de iniciar nuestro camino, hace ahora veinte años.

Los caminos han sido largos y a veces difíciles. Otros en cambio, se han convertido en hitos de nuestra historia. Por ejemplo, no podemos olvidar el primer Congreso de Movimientos de Renovación Pedagógica celebrado en diciembre de 1983, en Barcelona. Allí, más de 500 profesionales de todo el Estado español, nos dimos cita por vez primera para reconocernos a nosotros mismos, para reflexionar a cerca de nuestro quehacer pedagógico cotidiano y para seguir trabajando en el modelo de una autentica Escuela Pública. Un ideal que aún subyace como substrato ideológico en todos los MRPS. Y aquel estimulante trabajo quisimos desarrollarlo, precisamente en Barcelona, para expresar todo nuestro cariño a aquella primera Escuela de Verano, convocada por la Diputación de Barcelona, en 1914. También para significar la importancia que Catalunya tuvo como abanderada de la Renovación pedagógica, a finales de los años sesenta.

En aquel evento, José María Maravall, Ministro de Educación, destacó la importancia de los MRPs asegurando que: «El MEC está abierto a las sugerencias que le lleguen de los MRPs y continuará apoyando las iniciativas de los enseñantes que trabajen para mejorar la escuela».

A este primer Congreso le siguió otro en Gandía el año 1989. Paralelamente, se han seguido realizando los encuentros anuales que celebramos cada año en una Comunidad Autónoma diferente del Estado español, y que ya alcanzan su decimosexta edición. En estos encuentros se nota un cambio significativo en la organización interna de los distintos colectivos, que no sólo nos hace más representativos ante las diferentes administraciones, sino que nos lleva a adquirir un mayor grado de operatividad en los encuentros anuales antes citados. También se observa, un mayor grado de profundización en los temas, debido a los debates previos que cada comunidad autónoma realiza con anterioridad, con lo que los textos son más interesantes y por tanto, los documentos, que emanan de ellos, más rigurosos.

En nuestra pequeña historia madrileña, el año 1992 resulta especialmente emotivo. Por fin un viejo sueño se hace realidad y los MRPs de la Comunidad Autónoma de Madrid, nos vertebramos en un proyecto común, en una Federación. Así, comienza una etapa de espacios comunes que se concreta en el quehacer diario de varios grupos de trabajo, que enriquecen con la variedad de las aportaciones la vida diaria de los distintos colectivos.

Llegados a este punto, y teniendo en el horizonte el Tercer Congreso, que se va a celebrar en Andalucía en diciembre de 1996 y que servirá de marco de discusión para analizar la situación de la Escuela Pública y las líneas de actuación de nuestros colectivos, conviene que nos preguntemos cuál es el futuro de los Movimientos de Renovación Pedagógica.

Desde Acción Educativa pensamos que el futuro pasa por una presencia diaria en todos los aspectos que incidan en el mundo de la educación y de la sociedad. Una presencia crítica y constructiva que dé alternativas serias de participación y gestión democráticas, de análisis pedagógicos, de didácticas concretas y diferentes, de principios de actuación distintos… ante una escuela y un mundo que cada vez están más y más tecnologizados. En este sentido, la presencia crítica de los MRPs tanto ante la problemática surgida en torno a las clases de religión en las escuelas, como ante la grave agresión que para la Escuela Pública puede suponer la Ley Pertierra, ha sido un hecho esperanzador.

Una presencia crítica en la sociedad, que tiene que ir unida al esfuerzo que están realizando asociaciones culturales, diversos colectivos, ONGs, y demás entidades que luchan denodadamente por una sociedad más justa, más libre y más igualitaria. En este sentido nos parece muy importante el trabajo realizado por la Comunidad Autónoma de Castilla–La Mancha, con su proyecto XXI, que está tratando de reflexionar sobre la escuela del siglo XXI; y por la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica de Cataluña que está trabajando en un proyecto que conlleva varios años de trabajo, en el que han conseguido reunir a todas a todos los colectivos citados anteriormente. Como decíamos, en el editorial que servía de marco a la convocatoria de nuestra XX Escuela de Verano, este es un óptimo momento para volver a organizarse y seguir reivindicando las viejas utopías, las nuevas realidades que desde su inicio hemos defendido no sólo los MRPS, sino también todas las asociaciones preocupadas por mejora la calidad de la Escuela pública.

Una Escuela Publica, que tienda, tal y como señala la LOGSE en su preámbulo, a eliminar las diferencias sociales existentes entre los niños y las niñas. Ese viejo sueño de una Escuela Pública laica, democrática, participativa. pluralista, potenciadora del cuerpo único de profesores. Un modelo de escuela, lejano todavía, por el que habrá que seguir trabajando.