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Revista de Acción Educativa, Nº 108

Nos encontramos en un momento especialmente delicado para el futuro de la educación en nuestro país. Las transformaciones sociales, culturales y económicas acaecidas en los últimos años exigen de toda la sociedad una mirada crítica, una mayor atención y una acción decidida que garantice el éxito de los retos que tenemos que afrontar.

El Partido Popular consciente de esta transformación y de la necesidad de introducir cambios importantes en las leyes que regulan nuestro Sistema educativo se ha puesto manos a la obra.

Ya sabíamos de su preocupación histórica por la educación. ¿Alguien ha olvidado su postura trasnochada cuando lo más progresista de la sociedad impulsó la LODE y la LOGSE? Qué decir de su maniqueísmo recalcitrante contra la IRU y José María Maravall o el desprecio de Esperanza Aguirre o Pilar del Castillo a quienes no osan pensar como ellos?

Esta preocupación ha vuelto a quedar patente ahora en lo que llaman Ley de Calidad –que lo es, pero sólo para algunos. Los de siempre.

El futuro de un país, Señora Ministra, está estrechamente vinculado con el mayor grado formación y cultura que pueda recibir la mayor parte de sus ciudadanos. No sólo unos pocos, como usted pretende.

Una Escuela democrática, y de calidad, –¿sabe? Se consigue atendiendo, también a quienes tienen mayores dificultades personales, familiares o culturales para aprender… ofreciéndoles las mismas o más oportunidades que los que más motivación tienen.

Es decir, Señora Ministra, que las diferencias enriquecen. Por tanto, esa segregación que usted niega, pero pretende, resulta una auténtica losa para todas y todos.

No entiendo como puede usted tener problemas con la idea de que una educación participativa, en la que primen el diálogo y la convivencia es mucho más enriquecedora. ¿Por qué no favorece entonces esta participación? ¿Acaso le asusta le asusta la idea de compromiso social? ¿Teme que los padres y los alumnos tengan algo que decir? ¿Qué la inquieta?

¿Cómo se ha podido olvidar que la figura del cuerpo de directores que usted pretende rescatar y las funciones que pretende que este cuerpo tenga, va en contra de la más elemental idea democrática?

Hay otros muchos temas que nos preocupan a la mayoría como el papel de la Iglesia. Hace ya doscientos años sus compañeros conservadores del gobierno francés lo resolvieron. Fíjese que fácil: A enseñanza privada, fondos privados, a enseñanza pública, fondos públicos.

Incluso a los que usted no ha hecho caso alguno, queremos ayudarle a salir de éste desaguisado. Retire esta Ley. Y llámenos para dialogar. Estaremos encantados.