Los derechos de la infancia
El día 20 de noviembre ha cumplido 26 años la Convención sobre los Derechos del Niño y, aunque es el tratado internacional que más países y organizaciones han firmado, es evidente día a día que nos queda un largo camino para que el bienestar de la infancia sea una realidad.
Para constatarlo no es necesario referirnos a las zonas de conflicto armado, a las crisis de desplazados y refugiados o a la explotación infantil en todas las facetas imaginables. Basta con lanzar una mirada a nuestro entorno más próximo. Según los últimos informes de UNICEF o Save the Children en la Comunidad de Madrid hay un porcentaje elevado de niños y niñas que viven en condiciones de exclusión social o de pobreza: alimentaria y energética.
El día 20 de noviembre nos recuerda que todos los niños (y niñas) tienen derecho a la salud, la protección y la educación independientemente de las condiciones en que hayan nacido.
La actual ley de Educación no garantiza este derecho en algunos aspectos, especialmente en los relacionados con la educación artística, fundamentales para el desarrollo integral de la personalidad. Así mismo promueve la enseñanza de la religión católica en contra de la laicidad del Estado, explícita en la Constitución.
La LOMCE y los decretos que regulan su aplicación en la Comunidad de Madrid han supuesto un retroceso notable en cuanto a equidad, ensanchándose la brecha entre las oportunidades de unos alumnos y otros en relación con su procedencia, nivel económico o cultural. El “bilingüismo” o la normativa sobre evaluación (igual para todos, al margen de las capacidades individuales) son buenos ejemplos de ello.
En el mejor de los escenarios posibles, la LOMCE se derogará tras las elecciones del 20 de diciembre, pero no en un periodo de tiempo corto. Por ello los equipos docentes o los maestros y maestras individualmente deben buscar los resquicios que tiene esta ley para sortear sus aspectos más negativos.
La ley prevé la posibilidad de diseñar en los Centros proyectos consensuados sobre metodología, organización y adecuación del currículo al contexto. Debemos explotar esta posibilidad en tanto en cuanto la ley esté en vigor.
Desde todos los colectivos implicados debemos exigir a los partidos políticos un pacto sobre educación en el que la voz de los docentes se oiga clara y fuerte.
Noviembre de 2015
