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Revista de Acción Educativa, Nº 97

Este curso está suponiendo un continuo sobresalto para quienes defendemos una escuela pública de calidad, libre e igualitaria.

Los últimos proyectos del Ministerio que preside Esperanza Aguirre, han resultado ser otra vuelta de tuerca más en el estrangulamiento del sistema público educativo y de las conquistas logradas en los últimos años.

En el último número de esta revista, denunciábamos la nefasta política del Ministerio de Educación y advertíamos que la agresión no iba a acabar ahí.

Después del hiriente desprecio con el que la señora ministra despachó la multitudinaria manifestación del 17 de mayo, en defensa de la escuela pública, muchos nos temimos que lo peor aún estaba por venir.

Estas últimas semanas, estos últimos días, los hechos, contumaces y desalentadores, han confirmado todas nuestras sospechas y desbordado todas nuestras expectativa.

Y ahí están como datos, anacrónicos y esperpénticos, pero ciertos los siguientes hechos:

1. La consumación del decreto de admisión que es de hecho, una vulneración de la igualdad de oportunidades, eje vertebrador de nuestra constitución.

2. La presentación en sociedad del proyecto de regulación de los libros de texto, que en la práctica supone un control ideológico de sus contenidos, así como un menoscabo de las competencias autonómicas en materia educativa. Éste supone, «de facto», un intento de controlar el cumplimiento de otros proyectos del gobierno, como el de la unificación de la enseñanza de las humanidades.

En este mismo aspecto debemos señalar la falsa polémica suscitada con respecto a los libros de texto, denunciando la falacia que sustenta los planteamientos del Ministerio. Si realmente, en este caso hay que apoyar la opinión de los padres y madres, ¿por qué no provocar la gratuidad de los libros de texto, tal y como solicitan?

3. El proyecto de Ley sobre la enseñanza de las humanidades. El que más polémica ha suscitado. Un intento de replantear la visión de la historia del estado español. Una revisión anacrónica de una parte del pasado, en un momento en el que parece que se apuesta POR EL FUTURO.

Y el futuro, parece ser Europa. Una Europa a la que apenas si se dedica un epígrafe al final del último capítulo.

Un proyecto que hace gala, de un enorme desconocimiento de las aportaciones del constructivismo sobre el modo en el que se vértebra el pensamiento de los niños y adolescentes y de la manera en la que éstos construyen su propio aprendizaje. Y que nada tiene que ver con la LOGSE y los principios y valores que la sustentan.

Un proyecto, que presenta un índice exhaustivo de todos los acontecimientos de la historias de una España muy concreta, llena de fechas y nombres y ausente de cualquier proceso de críticas e investigación.

Un proyecto que deja bien patente una visión anacrónica de la historia y que insiste en un planteamiento que nos sigue dejando perplejos. ¿A qué llama este Ministerio, humanidades?, ¿acaso no entran dentro de este ámbito todas y cada una de las actividades, materias, investigaciones que emprende el ser humano?

4. Proyecto para llevar a las escuelas la formación del espíritu militar. Enunciado que por si mismo deja bien claro cual es el pensamiento motor de esta idea.

Un proyecto con el que se pretende fomentar valores como el militarismo. En vez de profundizar en los valores democráticos, de respeto a los derechos humanos; en vez de llevar estas ideas a la concepción del ejército, nos presentan esta propuesta, sin sonrojo alguno, que para muchos de nosotros supone una agresión a nuestra libertad de conciencia.

También tendríamos que hablar de la declaración conjunta en favor de la educación.

Desde Acción Educativa, manifestamos nuestra posición crítica con la firma de dicho documento. Valoramos positivamente dicha iniciativa y las opiniones que en ese foro se han escuchado, pero manifestamos un buen número de reservas.

Denunciamos que no ha existido el tiempo suficiente para un debate sereno y democrático que nos permitiera profundizar en el análisis del documento (el documento se discutió durante los meses de verano). Ello ha inducido varios errores de bulto: la aceptación de la escuela privada concertada como servicio público, la renuncia al cuerpo único de enseñantes, la aceptación de la financiación de la enseñanza privada… sin que a cambio exista, salvo un una ingenua declaración de intenciones un compromiso claro y taxativo para que la enseñanza privada acepte como de obligado cumplimiento aspectos como la atención a la diversidad, el respeto a la pluralidad. O que no se reclame ni el control ni la gestión democráticas de los centros que se financian con fondos públicos.

Sin duda, aquellos a quienes sólo interesa el dinero y mantener sus cuotas de control en la educación, una declaración como esta, les ha venido como anillo al dedo.

Creemos que el gran error del PSOE, fue la puesta en marcha de los conciertos y el apoya a la privada, (con la excusa de cumplir el artículo 27 de la constitución). Insistiéndose en este documento en la petición de conciertos y fondos para la enseñanza privada.

Para los movimientos de renovación pedagógica, la defensa de la escuela pública con todas sus consecuen­cias es el eje vertebrador de nuestra historia y de nuestro trabajo, tal y como se refleja todos nuestros documentos. Y para nosotros es un objetivo irrenunciable. Pensamos que la escuela pública es la gran perjudicada en un documento lleno de contradicciones, en el que lo único claro es la petición tangible de dinero para la privada concertada.

Un documento lleno de buenas intenciones, que la privada sabe muy bien que nunca se va a cumplir. Y que no cuestiona ninguna de las leyes anteriores que desarrollaron la LOGSE, especialmente la LOPEGCE, con los que se mostró tan crítica acción educativa. Ahí están nuestros editoriales para demostrarlo.

Quienes sufrimos directamente las humillaciones de esta administración en el territorio MEC y quienes estamos implicados hasta el cuello en las plataformas en defensa de la escuela pública no podemos permitirnos el lujo de firmar un documento así con quienes nada tenemos en común.

Durante los días 28, 29 y 30 de noviembre, tuvo lugar en Mérida, el XVII Encuentro Estatal de Movimientos de Renovación Pedagógica.

Allí decidimos por mayoría, que no debíamos estar en la firma de un documento como este.