Contaba un día el maestro Federico Martín que muchos profesores se quejaban de lo mucho que les costaba a los niños hoy en día aprenderse las tablas de multiplicar. “Claro”- contestaba él- “Si es que las tablas ya no se aprenden cantando”.
Y es que la música nos ayuda a memorizar mejor pero también tiene otros efectos secundarios:
- A nivel sensorial, la música no sólo trabaja el oído sino también la vista y el tacto.
- A nivel motriz, ejercita la percepción global del cuerpo en movimiento, la coordinación óculo-manual, la precisión y habilidad.
- También desarrolla la memoria visual, auditiva, rítmica y motriz.
- Desarrolla la atención y la observación.
- Potencia la sensibilidad, el gusto y el sentido estético, así como la imaginación y la creatividad.
- Tiene gran importancia en el desarrollo afectivo y social.
- Trabaja la estructuración espacio-temporal.
- Es un instrumento de apropiación cultual.
Y no sólo la música contribuye a todos estos aspectos del ser humano sino que además desde un punto de vista puramente curricular podemos ver cómo a través de la música se trabajan otras áreas: Lengua y Literatura, Educación Artística, Idiomas, Matemáticas, Física, Historia…
¿Cómo entonces la LOMCE puede olvidar y degradar así una asignatura tan completa y global?. ¿Cómo una educación que se hace llamar de calidad no la incluye en su curriculum?. ¿Quién se atreve a parcelar al ser humano y determinar que unas partes son más importantes que otras?. Desde luego todo ello solo puede ser fruto de la ignorancia.
Nosotros como maestros de la Escuela Pública tenemos el deber de luchar contra todo tipo de ignorancia, sobre todo si viene de la Administración. Por ello debemos embarcarnos en la aventura de cantar, en la aventura de escuchar, de expresarnos y dejarse expresar, con ritmo, con alegría, con mejor o peor voz; pero siempre desde el corazón; que como dice el refrán “el canta su mal espanta”: ¡Ayudemos a la Pública cantando!.
JUNTA DIRECTIVA DE ACCIÓN EDUCATIVA.
Amigos: totalmente de acuerdo, pero no caigamos en la trampa de la LOMCE. Los que velamos, -y hemos velado por la Artística con Plástica incluida- abogamos por un Área coordinada, reclamando para la Plástica, la Dramatización y la Música, el mismo status. Y no me refiero a que tenga especialistas por separado. Después de 25 años juntos y divorciados desde el primer día por razones ajenas, deberíamos defender objetivos comunes. Incluso que la «especialidad» de Primaria de la formación inicial y permanente forme «especialistas» en Artística y que los Tutores de Primaria se sientan mejor preparados y más creativos para impartir las tres materias, aunque esté «ausente» la dramática Dramatización o mejor llamado Juego dramático, tan transversal y globalizador/a. Ánimo.
Siempre es un lujo encontrarse con Federico Martin Nebrás.